Según pasa la vida uno se da cuenta que la felicidad plena es inalcanzable, pero cada vez parece más claro que se encuentra en las pequeñas cosas, en los momentos que pasan inadvertidos por cotidianos, en los roces imprevistos, en el arte del perdón y no esperar nada a cambio, en el dar sin condiciones, en el amor sin barreras, en la evolución lógica de uno y los suyos, en hacer planes aunque sean irrealizables, en el beso de por la noche, en el de por la mañana, en besar a todas horas, en lo eterno de esa canción, en que las cosas están en su sitio y permanezcan.
Hoy hay una de esas pequeñas cosas que ya no esta en su sitio, CASIOPEA, me lo dijo Ella por teléfono. Ahora yo debo decírselo a mi niña, es duro aunque solo sea una de esas pequeñas cosas.
Casiopea se fue para ser libre, abandono su cuerpo y encontró la entrada a un nuevo mundo de fantasía, de fantasía real.
Hoy hay una de esas pequeñas cosas que ya no esta en su sitio, CASIOPEA, me lo dijo Ella por teléfono. Ahora yo debo decírselo a mi niña, es duro aunque solo sea una de esas pequeñas cosas.
Casiopea se fue para ser libre, abandono su cuerpo y encontró la entrada a un nuevo mundo de fantasía, de fantasía real.