viernes, 23 de mayo de 2008

Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal.
(Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull).
2008.

Estados Unidos.
Dirección: Steven Spielberg.
Productor: Frank Marshall.
Guión: David Koepp, basado en un argumento de George Lucas.
Música: John Williams.
Fotografía: Janusz Kaminski.
Montaje: Michael Kahn.
Interpretes: Harrison Ford, Cate Blanchett, Karen Allen, Shia LaBeouf, Ray Winstone, John Hurt, Jim Broadbent, Igor Jijikine, Dimitri Diatchenko, Ilia Volokh, Emmanuel Todorov, Pavel Lychnikoff, Andrew Divoff, Venya Manzyuk, Alan Dale, Joel Stoffer, Neil Flynn, V.J. Foster, Chet Hanks, Brian Knutson, Dean Grimes, Sasha Spielberg, Nicole Luther, Sophia Stewart, Christopher Todd, Dennis Nusbaum, T. Ryan Mooney, Audi Resendez, Helena Barrett, Carlos Linares, Gustavo Hernandez, Maria Luisa Minelli, Nito Larioza, Ernie Reyes Jr., Jon Valera, Kevin Collins, Robert Baker.
2 sobre 5.

Mis recuerdos cinéfilos más lejanos son Tiburón por el terror, Grease por mi encoñamiento con Olivia Newton John y la Guerra de la Galaxias, la cual vi en Barcelona con unos primos que no volví a ver; pero debo de reconocer que Indi pulula por ese universo mío preadolescente de sesión doble en Leganés con mis padres.

Después de más de un cuarto de siglo pensaba que Indiana estaba demasiado mayor para arrastrase por la pantalla pero cuando las manos de los magos se ponen a trabajar logran, normalmente, buenos resultados.

El arranque de la peli es espectacular su primera media hora no da tregua y Harrison Ford compone un personaje a la altura de las circunstancias, a partir de la presentación de Shia y el planteamiento de aventuras la película va descendiendo poco a poco hasta un final demasiado fantástico dentro de la fantástica saga, pero a pesar de todo la película merece la pena.

Tengo que reconocer que Indiana ha logrado algo que pocos han podido y ha sido conquistarme a mi y a mi pequeña que quiere un látigo para su cumpleaños. Espero que lo utilice para espantar los moscones cuando le toque, ya que los padres sufrimos mucho.

Tarde de “stormy saturday” bien empleada.
C.

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