El curioso caso de Benjamin Button

El curioso caso de Benjamin Button.
The Curious Case of Benjamin Button.
2008.
Estados Unidos.
Dirección: David Fincher.
Productor: Cean Chaffin, Frank Marshall y Kathleen Kennedy.
Guión: Robin Swicord y Eric Roth.
Música: Alexandre Desplat.
Fotografía: Claudio Miranda.
Montaje Angus Wall y Kirk Baxter.
Interpretes: Brad Pitt, Cate Blanchett, Tilda Swinton, Elle Fanning, Elias Koteas, Jason Flemyng, Julia Ormond, Taraji P. Henson, Josh Stewart, Faune A. Chambers.
4,5 sobre 5.

El Caso de Benjamin Button es muy curioso. Poniéndonos en el supuesto de no conocer la etiqueta de quien esto dirige, partiendo de que no es nuestro director fetiche, despojándonos de cualquier tipo de conocimiento previo; ¿descubriríamos quien es su director?.

Benjamin Button y sus compañeros de historia, no mejor debo decir de cuento, pertenecen a esa clase de personajes que viven en las películas de mi venerado Burton, en extraños barrios, con vidas diferentes, por lo que podemos atribuirle a este la factura. Pero si realmente quitamos el brillo, el barniz al cuento nos damos cuenta que sus barrios y sus vidas son reales. No es Burton pero su estética es sublime.

La estructura narrativa del film es clásica, limpia, lineal, clara, depurada, tiene que ser Mendes. El es capaz de articular una historia como nadie en estos momentos. Consigue transmitirnos los sentimientos con una cantidad de tonalidades de las que nadie es capaz, solo tenemos que recordar esas relaciones padres e hijos en su “camino a Perdición”. Pero no hay algo misterioso que Mendes nunca utiliza , no es Sam pero la estructura es magistral.

Bueno continuamos conjeturando, una historia basada en un cuento corto de Scott Fitzerald, alardes técnicos sin precedentes con excelente rejuvenecimientos e envejecimientos, largo y muy digerible metraje, además de muy premiable por el lobby del cine, es Steven Allan Spielberg. No, los personajes de Steven no irradian esa vida, ese amor a que se procesan Bejamin y su amada. Pero la factura técnica es insuperable.

Me rindo, me rindo a la película que nunca espere de Fincher, a la película que nunca diría que pertenece al director que me regalo el mejor final del cine moderno con “Seven”, no es posible, no me creo que pueda logra este cambio de registro el maestro que inoculo el virus de la cultura antisocial de la primera obra maestra del siglo XXI, el Blade Runner de la generación X “El club de la lucha”.

Sin duda genial.