domingo, 21 de marzo de 2010

Alta Fidelidad

High Fidelity
Nick Hornby
1995

No sabría si me ha gustado o no esta novela de Hornby.

Entretenida, superficial y con un aroma a vinilo que me recuerda aquella juventud donde me sumergía en la búsqueda de las joyas redondas que todavía conservo y que me obsesionan.

Pero mientras la historia avanza mi paralelismo con Rob se aleja, al igual que se aleja la manera de ver la época dorada de los LPs. Rob es un inmaduro, inconsciente, y odia su tienda de vinilos, cosa que no tiene ningún sentido cuando tienes una colección de más de quinientos vinilos.

A sus treinta y seis años sus relaciones con las mujeres recuerdan a las del adolescente de diecisiete. Esa disfunción varonil de “siempre quiero lo que no tengo” está demasiado manida y encima, al final madura de golpe.

Llegue aquí desde la película de Frears y a pesar de la máxima que dice, las novelas superan a sus adaptaciones en este caso creo que el film está por lo menos a la misma altura que su génesis, sino mejor.

Veredicto: Ligera.

C.

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