Que perdidos es el Twin Peaks de este siglo creo que es indudable.
Es la serie que ha cambiado los hábitos de los consumidores españoles, la gente la ha seguido a través de internet, dado que ninguna cadena ha logrado estabilizarla en su parrilla con un nivel aceptable de audiencia.
Maravillosa, fantástica, después de jugar con flashback y flashforward, esta sexta y última temporada ha logrado mantenerme en vilo con dos nuevas líneas temporales paralelas.
Virtuosismos narrativo, riesgo y espectación que han servido para elaborar el final más esperado de una serie de televisión de nuestro siglo.
Realmente el final es lo de menos, en una gran serie como la que nos ocupa, y podemos dar por cierto que el final fue creado desde su nacimiento pues multitud de episodios comienzan con lo imagen opuesta del poético final.
Por quedarme con el momento de la sexta temporada, el dialogo de la máquina de chocolatinas entre Sawyer y Juliet, conectado con aquel donde Juliet desaparecía.
Todas las interrogantes quedan por despejar, pero que sería de nuestra vida sin misterios.
C.
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