Increíblemente feliz.Esta serie ha conseguido que llore, que ría, que me vuelva a enamorar de la música, volver a recordar algunos de aquellos clásicos que me hicieron adulto, descubrir canciones que pasaron desapercibidas durante mi vida.
Lo primero, cuidado, está serie es un musical y aunque parece que está dirigida al público adolescente el espectro de consumidores es mucho más amplio. “Glee” es una auténtico descubrimiento. Es transgresora, desinhibida, innovadora, dulce, integradora, una auténtica sátira sobre el “High School” americano, con una banda sonara que enloquece tanto a los cuarentones, como a los nuevos adolescentes.
Los protagonistas son un grupo de “outsiders” del instituto a los que se les unen tres de animadoras y un par de jugadores de “football” para formar un coro. Y ese coro competirá, como siempre en Estados Unidos “competir”, por ser el mejor coro del estado.
Este heterogéneo grupo de chicos, viven de la mejor manera posible entre la promiscuidad adolescente, los embarazos no deseados, el amor no correspondido, la homosexualidad, el racismo, la inmadurez, y rompen todos los manidos tópicos sobre el sueño americano.
Tengo el deber de destacar varios momentos estelares de la serie que ha crecido exponencialmente con el paso de los capítulos:
1. “Imagine” de John Lennon en el episodio 11.
2. “One” de U2 en el episodio 18.
3. “Dream a little dream of me” de “The mamas and the Papas” en el episodio 19.
4. “The Power Of Madonna” Episodio número 15 dedicado por entero a las diosa del POP.
No cuento nada de estos momentos porque espero que los disfrutéis igual que yo lo hice.
Lo mejor en mucho tiempo.
C.
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