Gran Torino.
2008.
Estados Unidos.
Dirección: Clint Eastwood.
Productor: Adam Richman, Jenette Kahn y Tim Moore.
Guión: Nick Schenk, basado en una historia original de Dave Johannson y Nick Schenk.
Música: Kyle Eastwood y Michael Stevens.
Fotografía: Tom Stern.
Montaje: Gary Roach, Joel Cox.
Interpretes: Clint Eastwood, Christopher Carley, Bee Vang, Ahney Her, Brian Haley, Geraldine Hughes, Dreama Walker, Brian Howe, John Carroll Lynch, William Hill, Brooke Chia Thao, Chee Thao, Choua Kue, Scott Eastwood, Xia Soua Chang, Sonny Vue, Doua Moua, Greg Trzaskoma, John Johns, Davis Gloff, Thomas D. Mahard, Cory Hardrict, Nana Gbewonyo, Arthur Cartwright, Austin Douglas Smith, Conor Liam Callaghan, Michael E. Kurowski, Julia Ho, Maykao K. Lytongpao, Carlos Guadarrama, Andrew Tamez-Hull, Ramon Camacho, Antonio Mireles, Ia Vue Yang, Zoua Kue, Elvis Thao, Jerry Lee, Lee Mong Vang, Tru Hang, Alice Lor, Tong Pao Kue, Douacha Ly, Parng D. Yarng, Nelly Yang Sao Yia, Marty Bufalini, My-Ishia Cason-Brown, Clint Ward, Stephen Kue, Rochelle Winter, Claudia Rodgers, Vincent Bonasso.
4 sobre 5.
Caminamos por la calle de profesor Martín Almagro Basch, cruzamos Ferraz, nos perdemos por Luis Fernanda bajando por Juan Álvarez de Mendizábal y subiendo a través de Ventura Rodríguez, llegamos a nuestra meca, Martín de los Heros. Parece que el tiempo se detuvo, pero no, ya hace que estás calles no son tan habituales para nosotros, muchas cosas cambiaron. Aquel ambigú. Las madrugadas se tornaron tardes. Y la pequeña sala gran pantalla.
Algo parecido le pasó a nuestro hambre, Walt Kowalski, un día se despertó y todo lo que conocía había cambiado a su alrededor, su barrio ya no era su barrio, su casa estaba vacía y el luchaba por continuar viviendo. No entendía a sus hijos, la falta de valores y tenía miedo a lo desconocido, contra lo que había luchado.
Caminamos por la calle de profesor Martín Almagro Basch, cruzamos Ferraz, nos perdemos por Luis Fernanda bajando por Juan Álvarez de Mendizábal y subiendo a través de Ventura Rodríguez, llegamos a nuestra meca, Martín de los Heros. Parece que el tiempo se detuvo, pero no, ya hace que estás calles no son tan habituales para nosotros, muchas cosas cambiaron. Aquel ambigú. Las madrugadas se tornaron tardes. Y la pequeña sala gran pantalla.
Algo parecido le pasó a nuestro hambre, Walt Kowalski, un día se despertó y todo lo que conocía había cambiado a su alrededor, su barrio ya no era su barrio, su casa estaba vacía y el luchaba por continuar viviendo. No entendía a sus hijos, la falta de valores y tenía miedo a lo desconocido, contra lo que había luchado.
Conservador, patriota, veterano de guerra, racista, xenófobo, descubre que muchas veces resulta más cercano lo que creemos más lejano, y a través de su relación con su joven vecina “amarilla” se adentra en un entorno que el creía hostil dándose cuenta que las relaciones no son tan complicadas como pensaba, y que las diferencias prácticamente no existe. Solo en este entorno desconocido descubre lo duro que fue cargar con la muertes de otros seres humanos a lo largo de su vida, y que todos sus prejuicios puede que estuvieran equivocados.
Cine clásico, cine amargo que perdurará en nuestra retina por mucho tiempo. Este de Eastwood consigue que no odies al viejo amargado y fascista, e incluso y más difícil que nos creamos que puede haber un atisbo de cambio allá por el final de nuestra vida.
No sabría si Eastwood trabaja mejor como director o como actor, solo sé que si un día le perdemos, es una perdida insustituible.
GRAN CINE, GRAN TORINO.
C.