Naves del Español
Sala 2
20:30 Horas
Dirección: Josep Maria Mestres
Texto: Ariel Dorfman
Intérpretes: Viggo Mortensen y Carmen Elías.
Después de mi encuentro futbolístico con el Señor Motersen no pensé en volver a cruzarme con él, por lo menos tan pronto.
Tom Stall en “Una historia de violencia”, Nikolai Luzhin en “Promesas de este”, ambas del maestro del lado oscuro de la mente Mr. Cronenberg, aunque más conocido por su participación en la gran saga del anillo como “Aragorn” y con una dilatada carrera en el mundo cinematográfico, decidió, hace unos años volver al teatro. Aquí, en nuestro país, en nuestra ciudad, Madrid.
Para su vuelta a las tablas ha elegido “Purgatorio” de Ariel Dorfman, escritor chileno, autor de “La muerte y la Doncella”, obra cumbre de la literatura latinoamericana. Purgatorio bebe de aquellas aguas, nos enfrenta al crimen y al perdón, a las diferencias culturales, a la intolerancia, la venganza o la justicia.
Tengo que reconocer que el plan surgió por la presencia de la estrella de Hollywood en el Matadero. Lo siento es cierto. A pesar de que sigo su carrera [en las malas y en la buenas], que de vez en cuando buceo en su interesante blog, y que cada vez está más alejado del star system.
Pues el montaje nos sorprendió gratamente. Con tres actos bien diferenciados que nos invitan a viajar por las conversaciones de un psicoanalista y su paciente enfrentados al reto de tratar de asumir la culpa, solicitar el perdón o en definitiva cambiar. Nada diré del argumento, dramático, duro, difícil para los actores e ingenioso, solo que la reflexión sobre las relaciones humanas es certera, aterradora y fría. Lo vemos todos los días en los telediarios.
Carmen Elías, con su tercera juventud, realiza un trabajo aseado, quizás un poco falto de emoción en el primer acto, me falto llorar por los niños perdidos en la locura de la sin razón de la raza humana de cualquier lugar o condición. Viggo, con un comienzo vacilante del primer acto, consigue trazar un personaje que va creciendo según avanzan la representación, hasta el punto que consigue un notable alto. Con su acento porteño, construye al hombre preocupado de sí mismo, quiere conseguir su objetivo a cualquier precio sin pensar en los demás, falto de valores y capaz de arrepentirse, aunque nunca sabremos si su arrepentimiento es real o fruto de un plan que asegure su bienestar.
El escenario, una habitación rodeada de voyeurs por tres lados, minimalista y aséptico contribuye a mantener el suspense de la trama. Y la bienvenida de los actores durante el acceso a la sala se convierte en la herramienta para dar la salida a la tensión narrativa que existirá entre ese hombre y esa mujer.
¿Qué estarías dispuesto a perdonar tú?
No te la pierdas.
C.
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