miércoles, 8 de diciembre de 2010

Déjame entrar

Låt den rätte komma in.
2008
Suecia.
4,5 sobre 5.

Dirección: Tomas Alfredson.
Guión: John Ajvide Lindqvist.
Música: Johan Söderqvist.
Fotografía: Hoyte Van Hoytema.
Montaje: Dino Jonsäter, Tomas Alfredson.
Interpretes: Kåre Hedebrant, Lina Leandersson, Per Ragnar, Henrik Dahl, Karin Bergquist, Peter Carlberg, Ika Nord, Mikael Rahm, Karl-Robert Lindgren, Anders T. Peedu, Pale Olofsson, Cayetano Ruiz, Patrik Rydmark, Johan Sömnes, Mikael Erhardsson, Rasmus Luthander, Sören Källstigen, Malin Cederblad, Lena Nilsson, Berndt Östman, Kajsa Linderholm, Adam Stone, Jonas Kruse, Ingemar Raukola, Kent Rishaug, Linus Hannu, Thomas Ljungman, Fredrik Ramel, Christoffer Bohlin, Julia Nilsson, Elin Almén, Bengt Bylund, Elif Ceylan, Susanne Ruben.


Me senté en el sofá preparado para un film terrorífico. No sabía nada sobre la historia, simplemente que era sobre vampiros. Ahora, mientras escribo esta reseña, suena de fondo “No surprises” de Radiohead, pues “Dejame entrar” es igual de exquisita, igual de dulce, igual de misteriosa.

Oskar y Eli, son dos preadolescentes con problemas. Oskar sufre acoso escolar. Eli no puede salir de día. Y aunque Eli le advierte a Oskar que nunca podrán ser amigos, Oskar no se volverá a separar de Eli, a pesar de que no sea una niña.

La dirección de esta cinta es impecable. Heredero de los maestros europeos del realismo social, retrata los suburbios de Estocolmo del año 1982 con una frialdad, un vacio y una espesura terrible. Y dentro de esa atmosfera la fantasía no enturbia, no distorsiona la realidad, ni el amor entre estos dos niños en una simbiosis única.

Poética, esa es la palabra para calificar la obra de Alfredson. Los chicos están perfectos. El ritmo es el adecuado, el ritmo europeo. La fotografía es clara y fría, como requiere la situación social de los protagonistas. Por poner un pero alguna escena innecesaria para comprender la situación.

Una pequeña joya de esas que te encuentras en un pequeño cine.

Oskar ama a Eli. Eli ama a Oskar.

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